por Daniela Pérez Feijóo
Una vez más los docentes de Santa Cruz fueron al cajero a cobrar sus sueldos y los encontraron reducidos por la mano sucia de un gobierno que no le basta con que los docentes hayan vuelto a trabajar, los quiere ver destruidos, subsumidos, destrozados.
Una vez más, el gremio dio una señal de buscar el diálogo y no sólo no lo encontró sino que le dispararon una vez más y por la espalda.
Como el triste final de José Font en la Patagonia Rebelde, Peralta cree ser Varela y dispara a un opositor que se dispone al diálogo.
Y viene disparando desde hace rato, con el brazo energúmeno de la patota UOCRA, con el brazo judicial del activo juez Quelin de Las Heras, la inactiva jueza Bustos de Río Turbio y el expeditivo juez Arenillas de Río Gallegos, con el brazo nacional del gobierno de Cristina que decidió pasar por agua las intenciones dialoguistas de los docentes, con el brazo ladrón de un gobierno que mete mano en los salarios y no rinde cuentas de dónde lo destina, con el brazo administrativo de un Consejo de Educación obsecuente, decadente y funcional a los intereses del jefe, emitiendo acuerdos dictatoriales y argumentos falaces maquillados de normalidad.
“No se puede hacer educación sin los docentes”. Hemos escuchado esa frase mucho por estos días. Pero al gobierno provincial lo que menos le interesa es la educación. Entonces no le sirven estos docentes. Docentes conscientes de sus derechos como trabajadores, defensores de los derechos humanos, resistentes a los embates autoritarios, con principios firmes inclaudicables, con metodología de trabajo basada en la discusión, el consenso, el análisis y la acción de base.
¿Por qué Peralta actúa de esta manera, tan impunemente y tan a la vista de sus potenciales electores? Eso es lo que tenemos que pensar en estos días en que se desencadena el cronograma electoral. ¿Está Santa Cruz dormida?
Los hechos recientes de Jujuy nos llevarían también a trasladar la pregunta a nivel nacional. ¿Está Argentina dormida?
La creciente aparición, poco difundida en los medios nacionales, de movimientos que defienden sus derechos llevaría a una respuesta por la negativa. Hay una Argentina despierta, trabajando, debatiendo, militando por una mejor calidad de vida.
Pero esta Argentina empieza a ser amenazante para los que manejan el poder. Ya no alcanza con subsidiarlos como han hecho siempre. Ahora, los sublevados amenazan con mostrarse en el país pre-electoral. Ahora hay que reprimirlos y no salir a decir nada, desde el gobierno no hay que hacer declaraciones, acá no pasó nada, de eso no se habla.
Por más angustiante que pudiera parecerle la situación a quien esto estuviera leyendo, es necesario que vea y busque a la Argentina combativa, rebelde, no resignada, no sometida. Cada uno de los que nos indignamos en esta parte del mundo tiene una responsabilidad y es la de seguir en pie, armando redes, convocando a pares, alentando esperanzas, ofreciendo manos, jugándose por lo que cree y asistiendo al cambio.
Los docentes no estamos muertos, no estamos rendidos, no estamos destruidos, no estamos reducidos. No ha llegado a nosotros el plomo fulminante de Varela en el 21. Los docentes en lucha estamos calientes, alborotados, vivos, activos, trabajando.
Hoy volvimos del receso escolar de invierno. Hoy nos encontramos en los colegios. Desde hoy fijaremos la mirada en el compañero activo, haremos contacto con el docente sensible, nos alentaremos junto al trabajador que no cede, reviviremos en la persona que sostiene, intercambiaremos palabras de reflexión y nos prepararemos para la asamblea, para el congreso, para la lucha, para la resistencia.
Porque el mejor favor que le podemos hacer a Peralta es desmovilizarnos, todo lo que espera este gobierno es que desaparezcamos con la plena connotación histórica que esta palabra tiene. No le vamos a dar el gusto.
Adosac Pico Truncado los convoca, compañeros. No hay recetas, pero hay convicción. No hay palabras dulces, pero hay firmeza. No hay seguridades, pero hay continuidad en la lucha y capacidad de trabajo.
Docentes convencidos de su rol, ¡los esperamos!
Adosac Pico Truncado 